La Virgen de la Amargura fué coronada en el dia de ayer canónicamente. La titular de la hermandad del Huerto recibió de manos del arzobispo Francisco Javier Martínez la presea de oro y brillantes que ha realizado el orfebre local Alberto Quirós. Pasado el mediodía,y ante una Catedral llena de fieles y cofrades, el prelado hizo patente tal privilegio una vez leído el decreto procedente del Vaticano.
Sin duda, es el momento culmen a años y años de preparativos que tuvieron por broche la misa bajo las bóvedas de la seo granadina. En la ceremonia actuaron como madrinas la comunidad de religiosas del Monasterio de las Comendadoras de Santiago, en representación de todas las hermanas de clausura de la capital. También asistieron los caballeros de la Orden de Santiago con sus sorprendentes atuendos. En la bancada de autoridades no faltaron el alcalde en funciones, José Torres Hurtado, y concejales como Rocío Díaz, Juan García Montero o Fernando Egea; el diputado provincial de Cultura en funciones, José Torrente; el subdelegado del Gobierno, Santiago Pérez, y representantes militares.
Otro de los grandes argumentos de la intensa jornada fue la procesión por las céntricas calles de la ciudad y, en especial, del barrio del Realejo. Con la llegada del palio a la calle Santiago ‘estalló’ la emoción. La combinación de las marchas interpretadas por la banda del Carmen de Salteras (Sevilla), el andar costalero y el gentío protagonizó uno de los momentos más intensos de la jornada, junto con el vivido al mediodía.
Hacía cuatro años que no se vivía un momento igual, desde la coronación de la albaicinera Virgen de la Aurora, la ciudad de la Alhambra no había vuelto a repetir las mismas sensaciones. Cada ocasión es única. Así lo fue con la Amargura. La implicación y la incertidumbre estuvieron presentes en todo momento. De la mano del equipo de priostía en primer lugar y por ‘culpa’ del tiempo la segunda (la lluvia apareció en el recorrido de ida el viernes y la amenaza de tormenta retrasó ayer 30 minutos sobre el horario previsto, 18:30 horas, la puesta en marcha del cortejo). Hasta dos pasos empleó la Amargura, con lo que eso conlleva de organización (el de la Virgen de la Victoria sin palio el día anterior). Por la mañana, fue coronada sobre el altar itinerante donde procesiona cada Lunes Santo el Señor de la Oración en el Huerto. Una vez terminada la eucaristía, en la intimidad fue trasladada a su palio en el que lució por primera vez su nueva corona.
La mayoría de las calles mostraron su mejor imagen. La decoración ofreció otra visión del histórico entramado urbano. Colgaduras en los balcones, flores de papel entre las farolas y alfombras de sal en el pavimento aportaron la nota de color. De igual modo, miles de pétalos de flores cayeron desde las fachadas en numerosos puntos del recorrido para honrar a la Virgen.
Un homenaje multiplicado por cada rincón para una fecha que a muchos nunca se le olvidará en la vida, 30 de mayo de 2015. Angustias, Misericordia, Aurora y Amargura. Las distintas advocaciones de la Semana Santa que ya están coronadas.