VIA MATRIS
SIETE DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA
Para vivir la CUARESMA EN CASA, y habiendo realizado el Camino de la Cruz con Jesús, iniciamos otro camino con su Madre Santísima, recordando los Siete Dolores, desde hoy y durante siete días, dedicaremos a la Virgen este momento de Oración y Meditación, para que interceda ante Dios nuestro señor, y nos libre de todo mal.
INTRODUCCIÓN
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONICIÓN DE ENTRADA
Cristo Jesús, que con el sacrificio de su vida abrió el camino que conduce al Padre, nos sostenga en nuestro camino. Bendito sea el Señor por siempre.
I DOLOR
MARÍA ACOGE EN LA FE
LA PROFECÍA DE SIMEÓN JESÚS, SIGNO DE CONTRADICCIÓN
¡Ay de mí, madre mía, pues me engendraste
hombre de pleitos y controversias con todo el mundo!
(Jr 15, 10)
Te alabamos, Santa María. Madre fiel junto a la cruz de tu Hijo.
LECTURA EVANGÉLICA
Del Evangelio según san Lucas 2, 34-55
Simeón los bendijo y dijo a María, la Madre de Jesús: “Mira, este niño está puesto para ruina y salvación de muchos en Israel y para ser señal de contradicción, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones; ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!”. Pausa de silencio
SÚPLICA
- Invocamos a Santa María Virgen Hija de Sión.
Virgen pobre, sostén nuestra fe
Virgen obediente, sostén nuestra fe
Virgen oferente, sostén nuestra fe
Virgen del corazón traspasado sostén nuestra fe
Dios Santo y Misericordioso, que has iluminado el corazón de la Virgen con una profecía de dolor y de alegría, haz que tu Iglesia conserve íntegra la Palabra que salva, para que, caminando a su luz, llegue al total conocimiento del misterio de la muerte y de la resurrección de Cristo. Él vive y reina por los siglos de los siglos. . Amén.
MEDITACIÓN
Este es el tiempo de nuestra pasión,
subamos con Él a Jerusalén,
se cumpla en nosotros la misma suerte.
ORACIÓN
Oremos.
Descienda Señor, sobre nosotros, que recorrimos en la fe el camino de dolor de la Virgen Madre, la abundancia de tus dones: el consuelo y el perdón, la serenidad y la paz, la alegría y la segura esperanza, de ser asociados a la gloria de Cristo resucitado. El vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Santa María nos proteja y nos guíe benignamente en el camino de la vida. Amén.