La Real, Muy Ilustre y Comendadora Hermandad Sacramental de Santa María Madre de Dios y Cofradía de Penitencia de la Oración de Nuestro Señor en el Huerto de los Olivos y María Santísima de la Amargura Coronada peregrina a Tierra Santa del 11 al 20 de Agosto. La tierra que habitó Jesús, su Madre, discípulos y amigos. Visitaremos los santos lugares que lo vieron nacer, vivir, morir y resucitar. Todo un recorrido que viviremos intensamente un nutrido grupo de hermanos. Un momento culminante será la Hora Santa en torno a la Roca de la Agonía en el Huerto de Getsemaní. Tendremos presente a toda la hermandad, familias, amigos, y a todas las hermandades que rinden culto a nuestro Señor Jesucristo y a su bendita Madre la Virgen María.
Diariamente seguiremos este peregrinar con fotos y textos en este el Diario de Tierra Santa.
Día 1 – Lunes 12 de Agosto.
La Gran Basílica de la Anunciación nos acoge a las 8 de la mañana con una sentida Eucaristía presidida, junto al grupo de 41 peregrinos, el Padre José María Bolivar. Al igual que esa Báslica acoge la Casa de la Virgen María, el sitio en donde el Ángel le anuncia que va a ser la Madre de Dios. Allí mismo empieza la historia de nuestra Fe. Posteriormente visita al museo, la casa de San José y a la forma de vida de las 50 viviendas/cuevas que formaban la Nazareth de la época de Jesús. El autobús nos lleva a los alrededores del Mar de Galilea, en dónde hay muestras palpables de la presencia de Jesucristo, la iglesia de la multiplicación de los panes y los peces, la de las Bienaventuranzas, la sinagoga de Cafarnaun, la casa de Simón Pedro. Sitios por dónde el Maestro pasó haciendo el bien. Un paseo en barco por el Mar de Galilea completó un día en donde el grupo de Peregrinos, compacto y armónico, tuvo experiencias evangélicas y humanas que difícilmente se olvidarán.
Día 2 – Martes 13 de Agosto.
Comenzamos el día en la iglesia de Cana de Galilea, once parejas renovaron sus promesas de matrimonio en el mismo lugar en donde Jesús hizo su primer milagro, convirtiendo el agua en vino. La virgen María se lo pidió. Haced lo que El os diga. Una Eucaristía llena de emoción, cariño y recuerdos para todas las familias. Luego nos dirigimos a la Fortaleza de San Juan de Acre, impresionante construcción militar de los cruzados, en los siglos XI y XII. Después nos esperaba en el monte Carmelo, sobre la cueva del profeta Elías, la Virgen del Carmen, Stella Maris. Compramos los escapularios y terminamos el día rezando el Santo Rosario en la Casa de la Virgen, con todos los grupos de Peregrinos que estaban en Nazaret, más de 300 cristianos. Se rezó en árabe, italiano, español, inglés y portugués, había peregrinos de España, Brasil, Ecuador, Italia, Argentina, Alemania,…. todos en torno a los padres de Jesús. La Virgen María y San José. Tierra Santa, el lugar de todos los cristianos.
Día 3 – Miércoles 14 de Agosto.
En Nazaret la iglesia ortodoxa de San Gabriel esconde en su cripta la Fuente de la Virgen María, la tradición nos cuenta que era la más cercana a la casa de la Sagrada Familia y que no ha dejado nunca de manar desde los tiempos de Jesús. La liturgia ortodoxa nos envuelve en cánticos e incienso. Desde Nazaret un corto traslado a la Iglesia de la Transfiguración. En la Eucaristía celebrada en la capilla de los Ángeles cree uno estar realmente contemplando, junto con el grupo, la transfiguración. Los bellísimos mosaicos acompañan nuestra oración. Y un recuerdo especial a nuestros familiares difuntos. Traslado hasta Jericó, palmerales y las ruinas de una antigua ciudad. En lo más alto el monte de las Tentaciones. Parada en una Cooperativa de artesanos cristianos, a los que con las compras se les ayuda al mantenimiento de sus puestos de trabajo. Y al caer la tarde Belén. Mañana besaremos el lugar donde El nació, marcado por una Estrella.
Día 4 – Jueves 15 de Agosto.
Y llegaron los Peregrinos a rezar y besar el lugar donde nació en Belén, el Hijo de Dios. En la iglesia más antigua del mundo cristiano, construida por Santa Elena en el año 346. Patrimonio de la Humanidad. Millones de creyentes han rezado en este lugar. Oración, Humildad, Paz. Tres palabras y actitudes básicas para convivir. La Eucaristía, en la antiquísima capilla de San José, como si fuera 24 de Diciembre y con un recuerdo especial a la Virgen María, en su Asunción a los cielos, nos unió más, si cabe, con el recién nacido. Porque en Belén siempre es Navidad. Luego fuimos al campo de los pastores, a recordar cómo El, que nació en un pesebre, se manifiesta a los más pobres. Toda una lección de ser cristiano comprometido. Por la tarde visitamos la gruta de la leche, parada de la Sagrada Familia en su huida a Egipto. Y recuerdo vivo para los que tienen que huir de su país por persecución, guerra o injusticia social. Una oración en el Monasterio Copto de Santa María, nos ofreció reflexión y conocer a unos cristianos realmente perseguidos. Una jornada imborrable. Tierra Santa la memoria viva de nuestra Fe. Mañana nos espera Jesús en Getsemaní.
Día 5 – Viernes 16 de Agosto.
El mejor comienzo para empezar el día es rezando el Padrenuestro en el sitio en donde Jesús enseñó a orar a sus discípulos, más de 300 idiomas y dialectos repiten por los siglos la oración que nos hermana a todos. Cerca de Jerusalén Jesús lloró, al tener presente la destrucción del templo. En Getsemani se nos hace trigo tierno Sacramentado, junto a los olivos que presenciaron su agonía y entrega al Padre. Por la tarde en el Monte Sión, la histórica tumba del Rey David. El lugar de la Santa Cena, simbólico lugar. Emana, sin dudas, ese sitio algo muy Sagrado, que invita a la oración y a recordar el momento sublime de la institución de la Eucaristía. Junto a este edificio, la Abadía de la Dormición de la virgen. Impresionante iglesia y cripta con bellísimos mosaicos. El día lo completan los Peregrinos con la Hora Santa en la Roca de la Agonía de Getsemani: silencio, meditación, y no dormirnos. Ese es el compromiso diario del Cristiano y del Cofrade.
Día 6 – Sábado 17 de Agosto.
«Engrandece mi alma al Señor, se alegra mi Espíritu en Dios mi Salvador….». La iglesia de la Visitación, nos ofrece amor y ternura. La Virgen María, que viene a ayudar a su pariente embarazada. Nace Juan el Bautista, el precursor. En esta iglesia, celebramos la Eucaristía, dedicada a las madres, las que lo van a ser y las que lo han sido. En el impresionante Museo del Libro, se exponen los manuscritos de Qumran, fragmentos de las sagradas escrituras. Entramos en Jerusalén y nos acoge un laberinto de calles, pasadizos, escaleras, mezquitas, sinagogas, iglesias y todo el trayecto lleno de tiendas de todos los productos imaginables. La multitud se aglomera en la entrada al Santo Sepulcro, visitamos la capilla del Calvario, y besamos el lugar en donde estuvo la cruz de nuestro Salvador. Mañana volveremos a celebrar la Santa Misa y orar ante el Santo Sepulcro. La tarde acaba en el Muro de las Lamentaciones. Las tres religiones en convivencia. Desgraciadamente, no siempre.
Día 7 – Domingo 18 de Agosto.
Empezamos el día en Jerusalén en la Iglesia de Santa Ana, junto a la piscina de Betesda, el lugar en donde Jesús le dijo al paralítico «Levántate y anda». La Vía Dolorosa, nos recuerda el camino desde la condena a muerte hasta el Santo Sepulcro. Rodeados de la vida cotidiana de Jerusalén, se rezó el Viacrucis. Una vez en el Santo Sepulcro, veneramos el lugar en donde depositaron el cuerpo de Jesús y dónde resucitó. Emoción y Silencio. Oración y Peticiones. El lugar más Santo de nuestra tierra. Resucitó. La tumba está vacía. Nos ha salvado. Dentro de la iglesia del Santo Sepulcro, en la capilla de San Francisco celebramos la Eucaristía. De nuevo Jerusalen nos seduce y recorremos sus calles. La tarde nos permite conocer más intensamente la ciudad de las tres religiones. El recuerdo del Resucitado permanece imborrable en nuestro interior.
Día 8 – Lunes 19 de Agosto.
Betania. La casa de los amigos de Jesús. Marta, María y Lázaro, a quien Jesús resucita, por la Fe de sus hermanas en EL. La santa misa refuerza la amistad. Recuerdo para amigos, familiares, monjas, cofrades, todos presentes en nuestra celebracion. Nos trasladamos al Jordan y renovamos nuestras promesas del bautismo, el Padre José María, nos vuelve a bautizar en el mismo lugar en donde el Padre, lo presenta como Hijo suyo en el momento en que Juan el Bautista, bautiza a Jesús. Nos espera Qumran, el lugar que está asombrando al mundo con los descubrimientos de pergaminos con casi dos mil años de antigüedad. Impresiona como vivían los esenios, sus rituales y su trabajo de copistas de las Antiguas Escrituras. El Mar Muerto nos espera a 430m., por debajo del nivel del mar. La risa y la diversión se apodera de todo el grupo, ante una experiencia insólita. Por la tarde: Jerusalén. Siempre abierta, la ciudad que siempre te espera. Hoy es solo un recuerdo imborrable. Volveremos.
Día 9 – Martes 20 de Agosto.
Lo conocieron al partir el pan. Eso les pasó a los discípulos que caminaban a Emaús, allí, en el lugar que la tradición señala como Emaús, hemos recordado este momento de la vida de Jesús. En la Eucaristía, en la iglesia de San Pedro en Jafa, nos recuerda el Padre José María la importancia de la visión de San Pedro en esta ciudad, que preludia la universalidad del mensaje evangélico. Oímos la última Palabra de Dios, en la Tierra a donde envió a su Hijo a salvarnos. Ya, en el Aeropuerto Ben Gurion, últimos trámites y para la Gate E9. Destino España. El mensaje está claro para los Peregrinos y lo llevamos ya indeleble. Los que vienen a Tierra Santa, se convierten en Peregrinos para siempre, y su primera misión es conseguir, en su entorno, entusiasmar a todos los cristianos para que peregrinen, al menos una vez en la vida, a Tierra Santa. La Tierra de Jesús. En dónde se vive en directo el Evangelio.