Se trata de un manto, de los llamados “de vistas “, por estar bordada solo su parte superior y que es la que se ve de frente, al posicionarnos ante la imagen, por tanto su uso estará dedicado para el culto interno de la cofradía, tanto en capilla como en las solemnidades de la titular. La ornamentación del mismo, está inspirada en diseños del S. XIX, momento histórico en el que los bordados se caracterizan por sus espectaculares volúmenes y el gran tamaño de las piezas, siendo estas, de tema exclusivamente vegetal. Se compone de diferentes motivos decorativos vegetales, hojas, semillas y flores, destacando el arranque del dibujo, que brota del cardo central situado en la zona inferior del manto y del que parte la vegetación en forma ascendente, combinando diferentes motivos vegetales como cardos, acantos y hojas polilobuladas y cada una de ellas con sus respectivos tipos de flores, en diferentes momentos de su floración.
Se pueden observar detalles como unos cuernos de la abundancia de los que salen en impresionante catarata toda una muestra de flores, tales como la flor del pato, rosas, ramas de campanillas y los exuberantes cardos. En las dos esquinas del manto una rosa cierra y rubrica con brillantez y una gran carga simbólica, como mas adelante veremos, tan magno trabajo Se orla la pieza de una cenefa que alterna óvalos, con semilleros circulares distribuidos de tres en tres, muy del gusto del siglo pasado. Un encaje de los llamados de concha y realizados en oro fino, rodea la pieza.
Simbología del Manto
El uso de los cardos y acantos en las piezas bordadas simbolizan la mortificación, el sacrificio y la penitencia que ha de conllevar toda vida de entrega cofrade, en recuerdo de los sufrimientos que pasó, Mª Santísima, durante la Pasión de su Hijo. Las flores son nuestras buenas obras a las que estamos obligados como cofrades y cristianos en seguimiento de las enseñanzas evangélicas, catalizador de esas buenas obras son la presencia de los cuernos de la abundancia, representación de las gracias y favores que Nuestro Señor por mediación de su Santísima Madre derrama sobre nosotros, como hijos suyos que somos. En cada extremo del manto una rosa genialmente realizada con técnica de hojilla, representa por un lado la Rosa Mística de las monjas de clausura , en nuestro caso la Comunidad de Madres Comendadoras, en eterna oración ante sus ojos divinos de Madre. La otra rosa representa a la Cofradía, como unión de hermanos, orante y suplicante ante su Madre del cielo.

El diseño es obra de Álvaro Abril en el año 2008 y el bordado obra de Jesús Arco en el año 2011.