De esta forma se nos presenta María Santísima de la Amargura por su vestidor Francisco Garví para la Cuaresma.
La dolorosa Comendadora estrena nuevo terno cuaresmal con antiguos bordados en terciopelo morado, proveniente de un textil otomano, en saya y manto de vistas y cotilla malva con encaje y galón dorado. Rostrillo en encaje dorado sobre raso de novia crudo. En su pecho su corazón traspasado. En sus manos los clavos y la corona de espinas. En sus sienes corona dieciochesca de plata sobredorada. Y siempre en sus pies, la medialuna, símbolo de su Concepción Inmaculada.
Fotografías: Carolina Fernández