II ANGUSTIA
LA AGONÍA DE JESÚS
“La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. Espero compasión y no la hay; consoladores y no los encuentro. En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron vinagre…”
(Salmo 68)
Contemplamos tus Angustias, Santa María.
Para seguirte en el camino de la fe.
LECTURA EVANGÉLICA
“Después de esto, Jesús, sabiendo que todo estaba acabado, para que se cumpliese la Escritura, dijo: “Tengo sed”. Había allí un vaso lleno de vinagre. Empaparon pues una esponja en vinagre, que ataron a un hisopo, y la aproximaron a su boca”.
(Jn 19, 28-30)
SÚPLICA
Invoquemos a Santa María, Esperanza de los pecadores
– Madre y Guía, ruega por nosotros.
– Madre traspasada, ruega por nosotros.
– Madre fuerte, ruega por nosotros.
– Madre admirable, ruega por nosotros.
ORACIÓN
Dios, Padre bueno, que en tu misterioso designio de amor, quisiste que la Madre de tu Hijo experimentara la amargura en el Calvario; danos un corazón dócil, que, acogiendo con fe el misterio del dolor, lo transforme en germen de gloria futura. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Pues con fina devoción
Granada fiel os adora:
De las Angustias Señora,
dispensadnos protección.